Hace una semana atrás escuché al
pastor Emilio Agüero comentar la situación de un hermano, frustrado por tener
que trabajar 10 a 12 horas por día en una oficina por un salario de 50.000 Gs.
por día. Entonces el pastor le sugirió intentar con el negocio: que compre
ciertas mercaderías y trate luego venderlos a un precio mayor. Esta idea le
gustó a este hermano. El primer día que él salió a vender, le llamó recontra
entusiasmado a las 8:00 de la mañana. “Pastor”, le comentó lleno de emoción,
“en tan sólo una hora gané 50.000 Gs., lo que antes me llevaba todo un día.”
Al día siguiente se encontró el
pastor con el hermano en la iglesia y le preguntó cuánto entonces había ganado
el día anterior. “Y, 50.000”, respondió. El pastor no pudo creer: “¿Cómo? ¿En
todo el día ya no conseguiste ninguna venta más, después de haber logrado tanto
la primera hora?” A lo que el hermano contestó: “Lo que pasa es que como ya
gané mis 50.000 diario, me fui a casa a tomar tereré el resto del día.”
En la serie de prédicas “50 días de
transformación” de Rick Warren llegamos hoy al tema de la salud financiera –
que obviamente le faltaba a este hermano. ¿Sabían ustedes que Jesús habló más
del dinero que del cielo y del infierno? Casi la mitad de todas las parábolas
de Jesús tienen que ver con dinero. ¿Por qué será eso? Sospecho porque el
dinero tiene una influencia tan fuerte en nuestras vidas, para bien o para mal.
Si no aprendes a administrar tu dinero, el dinero te manejará. Este domingo
queremos ver una de las historias más malentendidas que contó Jesús. Es la
parábola del administrador astuto. Al leerla, da la impresión como que Jesús
esté aprobando o incluso ordenando la deshonestidad. Pero en realidad, Jesús
estaba usando a este estafador para enseñar cómo debemos ver el dinero. Si ves
el dinero en la forma que Dios lo ve y lo usas como él quiere que lo uses, esto
va a transformar tu vida, al igual que todas las otras áreas que estamos viendo
en esta serie.
FLucas 16.1-15
Repito que Jesús no estaba alabando
a este hombre por su engaño. Él alabó su astucia, alabó su estrategia. Puedes
aprender de otras personas sin estar de acuerdo en todo lo que hacen. Jesús no
alabó lo que este hombre hacía debajo de la mesa. Él redujo el monto de todas
las facturas, sin siquiera avisarle a su amo. Esto fue con el simple propósito
de sacar algún provecho personal más adelante. Eso estuvo mal, pero Jesús lo
pone como ejemplo por su estrategia, y vamos a estudiar a qué se refería Jesús.
Jesús contó esta parábola en primer
lugar a sus discípulos (v. 1), pero los fariseos, los líderes religiosos de su
tiempo, estaban ahí alargando su oreja para escuchar todo lo que Jesús decía
sobre este tema porque “…amaban mucho su
dinero…” (v. 14 – NTV), y esta enseñanza fue como una estocada para ellos.
Esta parábola no enseña acerca de
diezmar. Más bien te quiere guiar a administrar lo que Dios te ha dado a ti. La
mayoría de los creyentes no son muy buenos para administrar su dinero. Lo dijo
Jesús mismo: “…los hijos de este mundo
son más astutos al lidiar con el mundo que los rodea que los hijos de la luz”
(v. 8 – NTV). ¿A qué se refiere el “ser astuto”? Significa ser práctico,
estratégico, ser inteligente, ser ingenioso. Significa que analizas el
problema, sabes qué es lo que se debe hacer y descubres cómo hacerlo. Eso es
ser astuto, y este administrador fue astuto al descubrir qué hacer. Con
respecto al dinero, Dios quiere que tú aprendas la astucia bíblica. Dios no
quiere que seas un cordero cuando se trata de dinero; Dios quiere que seas
bíblicamente astuto. Quizás esto te cueste entender, y debes dejar pasar algún
tiempo, hasta que esto penetre tu mente y se produzca en ti un cambio en tu
pensar.
Recuerden el versículo lema de esta
serie: “No vivan ya según los criterios
del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así
cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo
que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto” (Ro 12.2 – DHH). La
forma de cambiar tu vida es cambiar tu manera de pensar, en el caso de hoy,
acerca del dinero. Puedes conformarte a pensar como el mundo piensa acerca del
dinero, o puedes ser transformado con la forma como Dios piensa acerca del
dinero. Tu situación financiera no cambiará hasta que no cambie tu manera de
pensar. Estoy convencido que, en la mayoría de los casos, la pobreza es más que
nada un estado mental pobre. La pobreza mental lleva a la pobreza económica.
Cuántos testimonios hay de gente que ha surgido de la nada para establecer con
el tiempo todo un imperio económico. Como también hay testimonios como este
hermano que mencioné al comienzo que tiene muchas oportunidades, pero su
pobreza mental no le deja aprovecharlas. No digo que todo cristiano debería ser
platudo. Eso lo dice la mal llamada “teología” de la prosperidad, con la cual
no estoy de acuerdo. Pero sí creo que, si vivimos según los principios divinos,
su bendición acompañará nuestra vida. La forma en que la mayoría de las
personas piensa y actúa respecto al dinero es totalmente equivocada, y por eso
Jesús usa la parábola del ladrón para obtener la atención de todos.
De esta historia aprendemos cuatro
cosas que no debemos hacer con el dinero y 6 verdades para recordar cada
día. Aquí las cosas que no debemos hacer con el dinero: 1.) No lo malgastes. El
primer versículo dice: “…el administrador
estaba malgastando el dinero de su patrón” (NTV). Así que, no lo malgastes.
2.) No ames el dinero y no vivas
para el dinero. El versículo 13 dice esto: “Nadie
puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y
despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero” (NTV). No dice
que no se debería servir a Dios y al
dinero, sino dice que no se puede. Es
imposible vivir con la lealtad dividida. Dios dijo: “Es blanco o es negro. No
puedes servir a Dios y al dinero al mismo tiempo. No funciona.” Así que,
tendrás que definir qué es lo que amas más en la vida. Sólo puedes tener una
prioridad número 1 en tu vida. Si el dinero es prioridad, entonces Dios no lo
es. Las decisiones son siempre entre Dios y el dinero, y el dinero fácilmente
puede convertirse en un dios.
3.) No confíes en el dinero para tu
seguridad. Nunca pongas tu seguridad en algo que te pueden quitar. Si pones tu
seguridad en tu apariencia, es algo que puedes perder. Si pones tu seguridad en
tu trabajo, es algo que puedes perder. Si pones tu seguridad en tu cuenta
bancaria o tu billetera, es algo que puedes perder. Debes poner tu seguridad en
algo que jamás puedes perder. El administrador aprendió esto dramáticamente. Él
perdió su trabajo, y en el verso 3 dice: “¿Y
ahora qué haré? Mi jefe me ha despedido” (NTV). Proverbios 23.5 dice: “Las riquezas desaparecen en un abrir y
cerrar de ojos, porque les saldrán alas y se irán volando como las águilas”
(NTV). ¿Les suena como si estuviera hablando de su dinero?
4.) No esperes que te satisfaga.
Nunca digas: “Si tuviera tan solo un poquito más, sería feliz…” Cuando tengas
más, querrás más. Cuando John Rockefeller era considerado en su momento la
persona más rica en la historia del mundo, le preguntaron cuánto dinero era
suficiente. Él respondió “Sólo un poquito más.” Eclesiastés 5.10 dice: “El que ama el dinero nunca se satisface con
lo que tiene, siempre quiere más y más” (PDT). Jesús dijo: “Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la
vida no depende del poseer muchas cosas” (Lc 12.15 – DHH). La vida de una
persona no se mide por cuantas cosas posee – cosa que va totalmente en contra
de cómo lo ve el mundo.
Así que, Dios te dice: “Esto que te
he confiado que se llama dinero, no lo malgastes, no lo ames, no confíes en él
y no esperes que satisfaga todas tus necesidades, porque no lo hará.
Al entrar más en la historia
encontramos 6 verdades contraculturales, y si tú las recuerdas y actúas de
acuerdo a ellas, esto transformará tu vida. Todos los días debo recordar estas
verdades:
1.)
Todo le pertenece a Dios. Cuando salgas de aquí y camines a tu auto, tu
moto o tu casa, debes decirte a ti mismo: “Mirá, ahí está el auto, la moto o la
casa de Dios.” Cuando vayas a la cama, esta cama le pertenece a Dios. Esta ropa
es de Dios, esta comida es de Dios. Tu celular que tanto adoras, no es tuyo. En
realidad, nada te pertenece a ti. Todo es un préstamo. Todo lo que crees que posees es en realidad sólo un
préstamo. No era tuyo antes que nacieras y no será tuyo cuando te mueras. Dios
te lo ha dado y puedes usarlo durante un par de años. Nosotros somos
administradores de bienes ajenos, como nos los indica nuestra historia de hoy.
Dios te ha dado tu vida, y la estás administrando; Dios te ha dado salud, y la
estás administrando; Dios te ha dado tu intelecto, y lo estás administrando;
Dios te ha dado la capacidad de trabajar, y la estás administrando. Todo en tu
vida es un regalo de Dios, y si no fuera por Dios, tú no estarías vivo para
tenerlo. A Dios le pertenece el universo completo, y tú estás para administrar
por algún tiempo que estás en esta tierra esa parte que él te ha confiado.
Ahora, cuando te concientices de que
nada es tuyo y que debes administrarlo, cambiará radicalmente el uso que le darás.
Si tu celular y tu computadora le pertenecen a Dios, ¿acaso lo podrás usar para
el pecado? Si tu cuerpo le pertenece a Dios, ¿acaso puedes descuidarlo y
llenarlo de comida chatarra que no lo alimenta? Si tu tiempo le pertenece a
Dios, ¿acaso puedes desperdiciarlo como si no valiera nada?
Por otro lado, cuando te
concientices de que nada es tuyo, puedes relajarte y no preocuparte por esto,
porque no eres el dueño. Si tienes una abolladura en tu auto, puedes decir:
“¡Vaya, Dios, tienes una abolladura en tu auto! ¿Vas a querer repararlo?” Si tu
hijo necesita ortodoncia, dices: “Mira, Dios, tu hijo necesita ortodoncia. ¿Qué
vas a hacer al respecto?” ¿Captan la idea? Sólo soy un mayordomo que maneja las
propiedades de otro, de lo que mi patrón me ha encomendado. Entonces me tendré
que manejar según sus prescripciones y estar en constante contacto con el dueño
para saber cómo debo manejar tal o cual situación.
¿Qué tan bien estás manejando la
propiedad de Dios? ¿Qué tan bien estás cuidando de la propiedad de Dios? El
versículo 1 dice que el “…administrador
que fue acusado ante su amo de malversar SUS
bienes” (BLPH). Tal vez yo no pienso dos veces para desperdiciar mi dinero.
Pero si es el dinero de Dios, de repente el desperdiciar dinero se convierte en
un gran pecado, porque no es mi dinero el que estoy gastando; es dinero de
Dios. Si pensáramos en esto cada vez que vamos al Abasto o a LT, creo que
gastaríamos diferente el dinero de Dios. ¿Estaré dando el mejor uso a lo que me
ha sido entregado?
2.)
Dios usa el dinero para probarme. Dios no le confía poder espiritual
simplemente a cualquiera. Él no le da poder espiritual, energía espiritual,
bendición espiritual a cualquier persona. Si sólo lo vamos a desperdiciar, él
ni siquiera nos lo da. Así que, lo que hace Dios, antes de darte poder
espiritual, es probar tu fidelidad. Antes de darte bendiciones espirituales, él
te prueba con bendiciones materiales, a ver qué tan fiel eres con las cosas
materiales. Y si no eres fiel con las cosas materiales, Dios no puede confiarte
las verdaderas riquezas del cielo. Dios siempre está probando tu fidelidad
todos los días de tu vida. Cada día es una prueba. Y atiendan muy bien a esto:
La herramienta favorita de Dios para probar tu fidelidad son tus finanzas. El
dinero prueba o muestra lo que más amo. Donde gastas tu dinero muestra lo que
más amas. La forma en que gastas tu tiempo y tu dinero muestra qué es lo que
más amas en la vida.
El dinero muestra también en lo que
confías. Proverbios 11.28 dice: “El que
confía en sus riquezas, caerá como hoja seca, pero los justos reverdecerán como
las ramas” (DHH). Pero no solamente esto, sino que el dinero muestra si Dios puede confiar en mí. Las finanzas
fuera de control revelan una vida fuera de control: “El que es fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho; y el que no
es fiel en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. De modo que si ustedes no son
fieles con las riquezas de este mundo, ¿quién les confiará la verdadera
riqueza? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece
a ustedes?” (Lc 16.10-12 – BLPH). Si no se puede confiar que yo maneje mi
dinero sabiamente, Jesús dice: “No te daré poder espiritual, unción espiritual
o bendición espiritual.” Esta vida es una preparación para la próxima. Dios
está observándote, porque la vida es una prueba, es una encomienda y es una
asignación temporal. Cuando llegues al cielo, lo que Dios te dará en el cielo
permanentemente, que será tuyo será determinado por cuán fiel, cuán responsable
y cuán confiable fuiste aquí en la tierra. Hay una conexión directa entre la
madurez y el dinero. Hay una conexión directa entre el poder espiritual y las
posesiones. No se trata de cuánto tengo, sino de lo que hago con lo que tengo.
3.)
El dinero es una herramienta que se debe usar para los propósitos de Dios.
La gente dice: “¿Acaso no es el dinero la raíz de todos los males?” No, no es
lo que dice la Biblia. La Biblia dice que el
amor al dinero es la raíz de todos los males, no el dinero. El dinero es
neutral. No es ni bueno ni malo. Es simplemente una herramienta y debe ser
usado para los propósitos de Dios. En el verso 9 Jesús aconseja: “Usen las riquezas mundanas…” (PDT). No
dice que amemos el dinero, sino que lo usemos. Por lo tanto, debes usar el
dinero y amar a las personas. Nunca al revés. Porque si empiezas a amar el
dinero, vas a usar a las personas. El dinero debe ser usado, y las personas
deben ser amadas.
Hablemos de este administrador. Este
hombre era deshonesto. Estaba a punto de ser despedido por su incompetencia. No
era un buen administrador del dinero. Él pensó: ‘¡Será mejor que me prepare
para el futuro…!’ Así que, llamó a uno de los deudores de su amo y le redujo la
deuda en un 50%. Luego llamó a otro hombre y le redujo en un 20% la deuda de su
factura. Él no le dijo nada a su patrón. No tenía la aprobación de él. Claro
que fue deshonesto lo que hizo. ¿Por qué lo hizo? Él se estaba haciendo amigos.
Les estaba ahorrando dinero para que lo tengan en alta estima para cuando él
esté en la calle, fuera de su empleo.
¿Qué es lo que le agrada a Jesús de
este estafador? Él hizo tres cosas que él hizo bien y que tú debes hacer con tu
dinero:
a) Miró hacia el futuro. “El administrador se puso a pensar: [‘Oh,
y ahora, ¿quién podrá defenderme?] ¿Qué
voy a hacer ahora’ (v. 3 – BLPH)? Él miró al futuro, y esta es una señal de
sabiduría. Proverbios dice: “El
inteligente es sabio porque piensa muy bien lo que hace, pero el bruto es tonto
porque se engaña a sí mismo” (Pr 14.8 – PDT). La mayoría de la gente no
ahorra para el futuro. No tienen ningún fondo de emergencias. Porque no quieren
admitir los hechos. Este hombre miró hacia el futuro preguntándose qué podría
hacer para enfrentar lo que venía.
b) Lo segundo que hizo este hombre
fue un plan. En el verso 4 él dice: “Ya
sé lo que voy a hacer…” (BNP). Tú necesitas un plan para tus finanzas. ¿Lo
tienes? Es decir, ¿tienes un presupuesto? Un presupuesto son gastos planeados.
De eso se trata. Un presupuesto es decirle a tu dinero a dónde ir, en vez de
preguntarte a dónde se fue. Muchos dicen que el dinero habla. Una vez vi una
calcomanía que decía: “Mi dinero, lo único que sabe decir es: ¡Adiós!” El
dinero se va sin decirte a dónde se está yendo. Es como un adolescente rebelde
que no informa de sus andanzas. Y estás sacudiendo tu cabeza preguntándote a
dónde se fue esta vuelta el dinero, ya que te sobra demasiado mes al final de
tu salario. Si no guardas buenos registros de tus gastos, nunca sabrás a dónde
se fue tu dinero.
c) Lo tercero que hizo este hombre
fue actuar rápidamente. No se retrasó en poner en funcionamiento su plan. No
dijo: “Algún día pondré mis finanzas en orden. Un día de estos aprenderé la
habilidad de administrar mi dinero.” Él empezó a trabajar inmediatamente. El
hombre dijo: “Ya sé lo que voy a hacer,
para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo” (v.
4 – DHH). Él trabajó ahora para estar preparado para lo que le sucedería en el
futuro. Es sabio cuando haces algo hoy financieramente que va a prepararte para
mañana. Y con “mañana”, Jesús se refiere a la eternidad. Usa tu dinero hoy para
prepararte para toda la eternidad. La Biblia lo llama en otras partes “hacer
tesoros en el cielo” (Mt 6.20). Así que, este hombre tomó cosas a corto plazo
para beneficiarse a largo plazo. Hacer algo a largo plazo es tan contracultural
porque todo el mundo te dice: “Gástalo ahora. Compra ahora. Disfruta ahora.
Incluso si no puedes pagarlo ahora.” Toda nuestra cultura nos enseña que el
dinero se debe reflejar en placeres a corto plazo, y no en ganancias a largo
plazo, menos todavía en ganancias eternas. Todo el mundo piensa en gastar ni
bien lo tengo. Peor todavía: lo gasta antes de tenerlo. Esto se llama
“crédito”, o “pago a cuotas”. Ni lo tengo todavía, ni me pertenece todavía en
su totalidad, y ya lo gasto. El comprar algo a cuotas es el peor daño que
ustedes se pueden hacerse a sí mismos. ¡Huyan de compras a cuotas como si fuera
la peste! Hay muy pocas excepciones a esta regla, cuando lo que se compra es un
inmueble, por ejemplo, o una inversión en algo que me dará mayores ingresos.
Pero aun estas situaciones se deben manejar con muchísima cautela. Pero por
favor, les pido, no compren más cositas a cuotas. Si no tienes el dinero, no lo
compres. Ahórrate las cuotas que ibas a pagar, pon el dinero aparte, y pronto
tendrás lo suficiente como para comprarlo al contado. Y vas a ver que te sobra
muchísimo más dinero, porque cada cosa que compras a cuotas la pagas doble o
triplemente. Es algo tan dentro de la cultura, pero no es sabio ante Dios.
¡Todo lo contrario! Haz algo ahora para tener beneficios a largo plazo. Eso es
lo que nos enseña el administrador engañador de esta parábola.
4.)
Este siguiente principio es más contracultural todavía: Él mejor uso que puedes darle a tu dinero es usándolo para enviar gente
al cielo. Después de contarles esta historia tan abrumadora, Jesús mismo da
esta enseñanza: “Les aconsejo que usen
las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las
riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas”
(v. 9 – DHH). Lo que este versículo quiere decir es esto: usa tu dinero para
construir relaciones que van a durar para siempre. ¿Cómo se hace amigos
eternos? Trayéndolos a Jesús. Cuando uso mi dinero para que personas puedan
escuchar el evangelio, para que conozcan a Cristo, estoy haciendo amigos por la
eternidad. Son personas que estarán agradecidos eternamente porque alguien hizo
posible que ellos escuchen el mensaje de salvación. Imagínate llegar al cielo,
y unas cuantas personas ahí recibiéndote con aplausos y gritos de júbilo: “Por
fin llegaste. Hemos estado aquí esperándote, porque estamos aquí gracias a ti.
Estamos aquí porque ayudaste a pagar aquella campaña evangelística. Estamos
aquí porque compraste una Biblia o un folleto que fue instrumento para que yo
conozca la verdad. Estamos aquí porque sostuviste económicamente a un obrero
que nos hablaba de Cristo. Estamos aquí porque ayudaste a financiar una radio
que proclame las Buenas Nuevas.” ¿Habrá alguien en el cielo gracias a tu
dinero? Deseo que el cielo esté lleno de personas que te reciban de esta
manera.
5.)
Un día le rendiré cuentas a Dios. Un día estarás parado frente a Dios y él
te hará una pregunta: “¿Qué hiciste con lo que yo te di? Yo te di tiempo. ¿Qué
hiciste con el tiempo? Yo te di talento. ¿Qué hiciste con el talento? Yo te
encomendé cierta cantidad de riquezas, ¿qué hiciste con ellas? Yo te di
oportunidades. ¿Qué hiciste con ellas?” El patrón le dijo al administrador: “Rinde cuentas de tu administración, porque
no puedes ser más mayordomo” (v. 2 – NBLH). No serás administrador
eternamente. Dios te encomendó algunas cosas por un período corto no más. Luego
tendrás que presentarte ante Dios y rendir cuentas de lo que hiciste con todo.
Quizás dirás que no tienes nada. Escuchame bien: esto no se trata de cuánto
tienes. Se trata de lo que haces con lo que tienes. No serás responsable por
algo que Dios no te ha dado. Si Dios no te dio cierto talento, no serás
responsable por ese talento. Si Dios no te dio una oportunidad, no eres responsable
por eso. Si Dios no te dio mucho dinero, no eres responsable por eso. Pero sí
eres responsable por lo que tienes ahora mismo.
6.)
Si soy fiel con poco, Dios puede confiar en mí con más. Jesús dijo: “El que es confiable en lo poco, también lo
es en lo mucho; y el que no es confiable en lo poco, tampoco lo es en lo mucho”
(v. 10 – RVC). Eso se aplica a cualquier área de tu vida. ¿Has recibido sólo un
poco de talento? Si eres fiel en ese poco, Dios aumentará tu talento. ¿Tienes
sólo un poco de tiempo? Si eres fiel en su uso, Dios hará que tu día tenga 25 o
26 horas. ¿Has recibido sólo un poco de dinero? Si eres fiel y lo administras
bien, Dios te lo aumentará. ¿Has recibido sólo un poco de responsabilidad? Sé
fiel en esa área de tu trabajo, y Dios te aumentará tu responsabilidad. Jesús
dijo: “A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y
tendrán en abundancia” (Mt 25.29 – NTV). Yo
quisiera que tengas en abundancia, pero tienes que ser fiel con lo que se te ha
dado. Ser fiel en lo poco tiene como resultado el ser fiel en lo mucho. Muchos
dicen: “Cuando yo gane más dinero, yo voy a diezmar.” No es así. No lo harás.
Porque esto empieza cuando tú crees no tener nada. Empieza a obedecer al Señor,
dándole, cuando no tienes nada. Así aprenderás a sacrificar tu obediencia al
Señor, cueste lo que cueste. ¿Puede confiarte Dios con gran responsabilidad?
¿Puede confiarte Dios con gran influencia? ¿Puede confiarte Dios con grandes
posesiones? ¿Puede confiarte Dios con algo grande?